Tradicionalmente apodada “La Ciudad Roja”, aspecto peculiar que sorprendentemente es más literal de lo que se puede pensar porque, Marrakech es predominantemente roja. Y no me refiero a la aridez de su paisaje, la mayoría de sus construcciones están pintadas de un tono rojizo que, visto desde lejos le otorga unas características únicas, en especial al atardecer.

Cada sitio tiene una energía especial y Marrakech, tan dinámica como vibrante y ruidosa, intimida al visitante a primera instancia, para eventualmente dar paso a una calma que permite digerirla y maravillarse ante sus atractivos. Misteriosa y enigmática, es uno de los destinos más exóticos a menor distancia de España y uno de las principales atractivos del país.

VIERNES

Jemaa el Fna

El cine ha contribuido a popularizar y mitificar algunos destinos y Marrakech tuvo sus minutos de gloria en la película de Alfred Hitchcock “El hombre que sabía demasiado”, en donde aparece la céntrica y legendaria plaza Jemaa el Fna, el comienzo y el final de todo lo que acontece en Marrakech, aunque debes saber que hacer una foto en esta plaza, en especial si fotografías a personas, requerirá como mínimo una propina.

Esta plaza, inscrita en la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, es un espectáculo viviente que no termina nunca. De grandes dimensiones y rodeada por el zoco de Marrakech en uno de sus lados, Jemma el Fna es uno de los atractivos principales de la ciudad, más por lo que allí sucede que por el espacio en sí en el que en realidad no hay ni monumentos ni obras de arte.

Jamaa el Fna, Marrakesh, Morocco.

Jemaa el Fna en plena efervescencia. Imagen: ©depositphotos.com/kasto

Músicos, encantadores de serpientes, vendedores de zumos de naranja natural, acróbatas y cuentacuentos, se entremezclan de forma casual con la multitud de locales y turistas como si se tratase de una coreografía bien orquestada. Cuando llega la noche, los puestos de comida echan humo sin cesar y las tatuadoras de henna buscan clientas a quien tatuar. No faltan los juegos populares y una inmensa muchedumbre que se acerca a curiosear. En Jemaa el Fna, conviene cerrar los ojos y agudizar el oído y el olfato para captar toda su esencia. Te recomiendo a que subas a la primera planta cualquiera de los cafés con terrazas y observes tranquilamente el impresionante panorama.

Si de verdad deseas integrarte, puedes atreverte a cenar en uno de los puestos de la plaza, o para una experiencia con más encanto (y a mayor precio), puedes ir a cenar en un Riad y pasar una velada al mejor estilo marroquí.

 

El zoco

Contiguo a Jemaa el Fna se encuentra el zoco de Marrakech, un enorme laberinto de calles que se subdividen en más calles donde podrás encontrar todos los productos más inimaginables. Puestos de ropa, de especias, medicinas, comida y artículos para el hogar (como las famosas alfombras marroquíes), se abren paso entre las estrechas callejuelas entre las que a veces se hace difícil circular gracias a la presencia de la muchedumbre, los turistas despistados, las motocicletas y los burros de transporte de carga.

 

zoco-marrakech

El Zoco de Marrakech

Aquí podrás hacer todas las fotos que quieras sin llamar la atención, pero si demuestras interés en un artículo, deberás tener mucha perspicacia y capacidad de negociación si no quieres comprarlo, porque los vendedores del zoco son muy persuasivos. Aquí el regateo es la ley y si no deseas comprar nada, mi consejo es que no te detengas ni toques nada porque ese es el momento en el que el vendedor no te dejará marchar con las manos vacías.

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Productos del zoco de Marrakech. Imagen: ©depositphotos.com/M_Prusaczyk

SÁBADO

Mezquita Koutoubia

Comenzamos el día acercándonos a uno de los monumentos más importantes y más antiguos de Marrakech, la Mezquita Koutoubia. Se encuentra a poca distancia de Jemaa el Fna y de la Avenida Mohammed V, que lleva a la parte nueva de la ciudad. Se terminó de construir en 1158 durante la dinastía bereber de los almohades, casi 100 años después de haber sido fundada la ciudad (año 1062) y es uno de los mayores templos del mundo islámico.

El color de la arenisca rosada con la que fue construida marca el tono cromático de Marrakech. Destaca su alto minarete de 69 metros de altura, el punto más alto de toda la ciudad y que guarda cierta similitud con la Giralda. Desafortunadamente, este es un monumento que sólo se puede observar desde afuera ya que está prohibida la entrada a los que no profesan la fe musulmana.

MARRAKESH, MOROCCO – NOV 20: Minaret of the ancient Koutoubia mosque in the city of Marrakesh. November 20, 2008 in Marrakesh, Morocco

Mezquita Koutoubia. Imagen: ©depositphotos.com/philipus

Palacio Bahia

Seguimos visitando otro de los monumentos arquitectónicos más importantes y espectaculares de Marrakech: el Palacio de la Bahía. Construído durante el siglo XIX por el visir Sidi Moussa con el objetivo de convertirlo en el mayor y más impresionante palacio jamás construido.

Siguiendo la tradición constructiva y estética marroquí de dejar lo austero y simple para el exterior y lo más suntuoso y lujoso para el interior, lo cierto es que el palacio desde fuera no llama mucho la atención, pero una vez adentro el conjunto toma vida y revela detalles arquitectónicos de gran belleza.

El gran visir lo utilizaba como residencia y harén de sus múltiples esposas y en total llega a agrupar hasta 150 habitaciones, las cuales están todas vacías, ya que al fallecer el palacio fue saqueado y desvalijado. En la actualidad, a pesar de que se puede visitar, su estado no es el mejor y ha sido dejado un tanto al abandono.

bahia palace marrakech

Palacio de la Bahía. Imagen: ©depositphotos.com/irabel8

Palacio el Badi

Atravesando el Mellah, el barrio judío de Marrakech, llegamos al Palacio Badi, otra de las visitas históricas de Marrakech. Lamentablemente, el estado del palacio deja bastante que desear ya que se encuentra completamente en ruinas, sin embargo aún se puede palpar el esplendor de este conjunto del siglo XVI, construido para honrar el vencimiento sobre los portugueses en la Batalla de los Tres reyes.

Se dice que en su época de esplendor, sus más de 300 habitaciones estaban dotadas de los mayores lujos posibles, con incrustaciones de oro y turquesa, así como numerosos trabajos artesanales. Un plus de la visita es recorrer las murallas que ofrecen unas buenas vistas a la ciudad.

Palais el-Badi in Marrakech

Palacio el Badi. Imagen: ©depositphotos.com/irabel8

Tumbas Saadíes

Adyacente al Palacio Badi, se encuentra otra interesante atracción de Marrakech, las Tumbas Saadíes. Se trata de un edificio donde se encuentran los restos de unos sesenta miembros de la Dinastía Saadí, sultanato que gobernó en la región durante más de un siglo. Lo curioso es que el edificio fue descubierto en 1917.

Las tumbas datan de finales del siglo XVI y se encuentran distribuidas en tres habitaciones distintas. El mausoleo principal, contiene las tumbas del sultán Ahmad al-Mansur y de toda su familia. El trabajo constructivo del edificio es de una gran belleza, donde destacan los trabajos en madera, los mosaicos y los monumentos de mármol.

Mellah-Barrio judío

Si aún tenéis energía, os recomiendo patear un poco las laberínticas calles del barrio judío (que de judío tiene poco porque sus últimos habitantes huyeron después de la Segunda Guerra Mundial. Es un sitio en el que no tendréis problemas en encontrar algún guía local que os enseñe los alrededores y alguno que otro sitio interesante. De especial interés es el Cementerio Judío, un lugar con una energía y vistas sencillamente impresionantes. Lo más seguro es que os pidan una propina para entrar.

The Saadiens Tombs in Marrakech. Morocco.

Tumbas Saadíes. Imagen: ©depositphotos.com/danileon2

Jardines de Menara

Te recomiendo visitar este lugar después de la comida y preferiblemente cuando cae el sol, ya que con calor no se aprecia demasiado bien y no existe un refugio para el abrasador sol norteafricano. Además, la luz del atardecer le da unos matices impresionantes a estos jardines que se han convertido en una de las imágenes de Marrakech.

Fueron creados durante la dinastía Saadí y consta de un gran estanque con agua de la cordillera del Atlas con un pabellón que data de 1870 (que sustituyó a otro antiguo del siglo XII) y que solía ser residencia del sultán Sisi Mohammed. Está rodeado de huertos de olivos.

Menara gardens in Marrakech, Morocco

Jardines de la Menara. Imagen: ©depositphotos.com/karkozphoto

Gueliz, la Marrakech más moderna

No sé a vosotros, pero después de tanta historia y monumentos, apetece ver el lado más moderno de Marrakech, por eso os animo la noche del sábado que os acerquéis a Gueliz, la parte nueva de Marrakech. Proyectado por los franceses en épocas del protectorado, está construido al mejor estilo de los grandes bulevares de París, donde abundan las plazas y fuentes públicas.

Fountain in the city of Marrakesh, Morocco. Photo taken at 21th of November 2008

Avenida en la parte moderna de Marrakech. Imagen: ©depositphotos.com/philipus

En esta parte de la ciudad es donde suelen vivir la mayoría de los residentes extranjeros y expatriados en Marrakech y es un gran contraste con respecto a la parte antigua, aunque si lo estabais dudando, aquí los edificios también mantienen el color rojizo tradicional.

Aquí podréis encontrar tiendas de marcas occidentales, restaurantes de corte internacional y mucho movimiento. Para encontrarlo, solo debéis recorrer las avenidas Mohamed V y Mohamed VI y estaréis en el corazón de Gueliz, donde abundan las ofertas para cenar, discotecas y cafés con terrazas al mejor estilo europeo.

Modern building of the BMCE Bank in Marrakesh, Morocco. Photo taken at 22 of November 2008

Gueliz, la parte moderna de Marrakech. Imagen: ©depositphotos.com/philipus

DOMINGO

Medersa Ben Youssef

Para despedirnos de Marrakech, os aconsejo no dejar de ver este gran monumento que es Patrimonio de la Humanidad. Situada en el corazón de la Medina, esta madraza (escuela musulmana para cursar estudios superiores) fue construida como centro educativo para los estudiantes de la mezquita homónima que se encuentra a muy corta distancia. Durante siglos, la madraza acogió a miles de estudiantes (hasta 900 de forma simultánea).

Resalta el gran trabajo artístico y arquitectónico del edificio, decorado con arcos mozárabes, paneles de estuco con inscripciones realizadas a mano, mosaicos, paneles de mármol y madera profusamente trabajada, espacios que contrastan con la austeridad de las 130 dependencias para los estudiantes. Se puede visitar todos los días de 9:00 a 18:00 horas y ante la imposibilidad de entrar a la mezquita, permite echar un vistazo a la vida espiritual musulmana. La compra de la entrada incluye el acceso al Museo de Marrakech.

MedersaBenYoussef

Medersa Ben Youssef

Museo de Marrakech

A tan sólo 100 metros de la madraza se encuentra este museo, ocupando las antiguas dependencias de un palacio del siglo XIX, residencia del antiguo ministro de defensa del sultán Moulay Abdelaziz. Se trata de una oportunidad única para admirar el arte islámico y marroquí, así como objetos tradicionales del país, sin la presión para comprar del zoco.

En sus distintas salas se exhiben cerámicas, piezas de arte, armas, alfombras, joyas y muebles. El edificio en sí es una obra de arte y es un ejemplo perfecto de las residencia tradicional marroquí, con un generoso patio central que ordena el resto de las dependencias.

The typical colored pottery on the souk of Marrakech

Museo de Marrakech. Imagen: ©depositphotos.com/danileon2

 

A SIMPLE VISTA – MARRAKECHCómo llegar:
Avión: existen numerosas opciones para volar a Marrakech desde España, tanto con aerolíneas tradicionales como compañías low.cost. Desde Madrid, Ryanair, seguido de Iberia son las opciones más competitivas, mientras que desde Barcelona con Ryanair, Vueling e Iberia se encuentran buenos precios.Dónde Alojar:
En Marrakech dispones de todo tipo de alojamientos, desde el hotel de lujo de corte occidental hasta las opciones más exóticas como alojarte en un Riad en la Medina. Busca las mejores alternativas para alojarte en Marrakech en el buscador de Vuelos Baratos.Moverse por Marrakech
El medio de transporte en Marrakech es el autobús y el taxi. Esta segunda opción es bastante barata y si sois varios no representará un gasto importante así que mi consejo para moveros más fácil y rápidamente por Marrakech es en taxi. Incluso, podéis negociar con un taxista y pactar un precio para que lleve durante todo el día o por varias horas. De la misma forma, antes de subir a cualquier vehículo, conviene pactar el precio del trayecto ya que los taxistas “se olvidan” de encender el taxímetro. Aquí también estáis invitados a negociar.

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