En las últimos décadas, Barcelona se ha forjado una fama de ciudad hiper turística, una corriente que se inició tras la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, evento que puso a la ciudad en el centro de las miradas mundiales, que unido a una combinación de interesantes atractivos, monumentos únicos y un clima extraordinario, la han convertido en la ciudad más visitada de España y una de las más turísticas del mundo.
Aún así, Barcelona es una ciudad repleta de sitios interesantes que no se encuentran entre los más visitados o turísticos. Lugares que por mérito propio, constituyen la oferta de otra cara no tan visible de Barcelona y que vale la pena conocer. Estos son 20 lugares en Barcelona fuera del camino trillado.
Muy cerca de La Rambla, se halla este interesante museo que muchas veces pasa desapercibido. Ocupando el edificio gótico de las Atarazanas Reales, que data del siglo XIII, el Museo Marítimo de Barcelona tiene como misión difundir y proteger uno de los patrimonios marítimos más valiosos del Mediterráneo. Además de exposiciones y actividades culturales, exhibe joyas como la réplica en tamaño real de la Galera Real de Juan de Austria y otras embarcaciones no tradicionales.
Un ejemplo de la arquitectura modernista que se aplicó a muchos de los mercados de Barcelona, el recientemente inaugurado Centro Cultural El Borne, fue durante casi un siglo el mercado del barrio de la Ribera. Tras el descubrimiento de un yacimiento arqueológico con los restos del barrio de la Ribera previo a la destrucción del mismo en 1714, se inaugura el edificio como bien de interés nacional, donde se puede apreciar la estructura restaurada del mercado y la exhibición de este vestigio histórico.
Construido por uno de los padres del modernismo catalán, Lluís Domènech i Muntaner, este edificio ejerció como uno de los principales de Barcelona por más de 80 años, pero después de un notable deterioro se decidió construir una sede moderna para el hospital y convertir las nueve manzanas del antiguo complejo en el Recinto Modernista Sant Pau que funciona como centro del conocimiento y acoge exposiciones culturales, convirtiéndose en el mayor ejemplo arquitectónico modernista del mundo.
El edificio que acoge el principal museo de ciencias de Barcelona, era antiguamente una nave modernista que acogía un asilo para ciegos a comienzos del siglo XX. Inaugurado en 2004, el Cosmo Caixa es una visita imprescindible en Barcelona, en especial si viajas con niños, donde se divertirán con exposiciones interactivas aprendiendo sobre ciencia, geología y astronomía.
La peculiar entrada al Cosmo Caixa – Foto: Turol Jones, CC BY 2.0
Este particular volumen constituye uno de los elementos principales de la renovación urbana más reciente en Barcelona: la Plaça de les Glòries. El museo, que apenas tiene poco más de un año que fue inaugurado, pretende posicionarse como un referente dentro del diseño, un aspecto al que Barcelona siempre ha estado ligado, albergando las sedes de la FAD (Fomento de las Artes y el Diseño) y el Museo de Diseño de Barcelona. Sus espacios públicos se han convertido en la nueva plataforma para ver y fotografiar la vecina Torre Agbar.
Este rincón semi escondido de Barcelona se encuentra en la parte alta de la ciudad, en las faldas del Collserola y se trata de un gran parque público de 9 hectáreas (abierto al público desde 1971), que está compuesto por varios jardines neoclásicos y románticos de los siglos XVIII y XIX en el que se incluye un laberinto vegetal de cipreses. El original oasis urbano, que fue sitio de filmación de una escena de la película “El Perfume”, cuenta con un palacio neogótico y grandes extensiones de bosque mediterráneo.
El Monasterio de Pedralbes es un vestigio histórico sin precedentes en Barcelona. Habitado por monjas clarisas desde 1327 hasta hace relativamente pocos años, es un conjunto de edificaciones góticas de gran belleza que forma parte de la institución del Museo de Historia de la Ciudad de Barcelona. Se puede visitar de martes a domingos a un precio de 5 euros (entrada gratuita los domingos después de las 15:00 horas y el primer domingo de cada mes.
Ubicado en la montaña del Tibidabo, es uno de los observatorios más antiguos del mundo aún en funcionamiento y se dedica al estudio de cuerpos astrales como asteroides y cometas. Durante la visita guiada (que apenas cuesta 2 euros), se aprende sobre el funcionamiento de los telescopios y se puede acceder a la terraza panorámica con vistas a Barcelona. En verano, ofrecen “cena debajo de las estrellas” además de una observación astronómica.
Este moderno parque, a escasos metros de la estación de Sants, es un refugio escondido en el barrio del mismo nombre, que combina paseos y espacios naturales en plena jungla urbana, además de muchas piezas de arte, un lago artificial y las altas torres de iluminación que lo caracterizan.
Esta torre industrial que ya ha cumplido 130 años, se construyó para aprovechar el canal subterráneo del río Besòs, en un momento en el que la dotación de agua de la ciudad de Barcelona era un bien que podía llegar a escasear. De gran belleza arquitectónica, hoy es posible hacer una visita guiada a esta joya del barrio del Poblenou, no sólo para comprobar su estructura, sino para ver vistas inéditas de Barcelona (incluso en horario nocturno). Visita su web oficial.
Vistas de Barcelona desde el mirador – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
Esta peculiar estructura, visible desde el litoral barcelonés, se construyó con motivo del Fòrum de las Culturas en 2004, en consonancia con el espíritu sostenible que pregonaba dicho evento. Ubicado en la Plaza del Fòrum, este gran parque pavimentado que no termina de integrarse a la ciudad, es un sitio escaso de visitantes, en donde se puede correr, montar en bicicleta o simplemente pasear y ver tranquilamente el mar, siempre y cuando no haya algún macro concierto o evento.
Un sitio que por tiempo se mantuvo un tanto escondido, en la actualidad se ha dado a conocer más allá del boca-oreja y cada vez es más visitado por turistas, aunque sigue manteniendo ese toque alternativo. El bunker del Carmel es un mirador que ofrece vistas inolvidables de Barcelona en el Turó de la Rovira donde en tiempos de la Guerra Civil Española se instaló una batería antiaérea. No es difícil llegar, (el autobús Nº 119 pasa bastante cerca), o bien puedes acercarte al metro estación Guinardó y hacer una buena caminata hacia el parque del Guinardó, un paseo donde cuentas con la facilidad de una serie de ascensores y escaleras mecánicas.
Este centro de creación artística, ubicado en un antiguo núcleo industrial del Poblenou, ofrece un espacio, así como un apoyo en la difusión de sus trabajos, a muchos artistas de Barcelona. El espacio, que ha logrado resistir la intervención inmobiliaria, es un lugar que respira creatividad al tiempo que hace homenaje al pasado industrial de la ciudad. Puede visitarse en ciertas ocasiones del año cuando abren sus puertas al público. (Consultar en la web).
Un mural de La Escocesa – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
Este cementerio neoclásico, obra de Antonio Ginesi, fue el primero en construirse fuera de las murallas, y más allá de su uso, podría considerarse una especie de museo funerario por la gran cantidad de esculturas, pabellones y mausoleos de una calidad artística evidente. Entre sus esculturas más famosas se encuentra “El beso de la muerte” del escultor Jaume Barba.
Situado en la montaña de Montjuic, el Jardín Botánico se remodeló después de los Juegos Olímpicos y se especializó en flora de las áreas mediterráneas de todo el mundo. Además de espacio de esparcimiento y de preservación de su herbario (uno de los más grandes de Cataluña), el centro organiza visitas guiadas para los entusiastas de la botánica y actividades especiales para niños, además de ser un mirador natural de Barcelona.
Otro de los rincones del parque de Montjuic que fue inaugurado con motivo de la Exposición Internacional de 1929, el Teatro Griego, inspirado en el teatro de Epidauro, es un recinto al aire libre destinado a representaciones teatrales y musicales, especialmente dentro de la programación del Festival Grec durante el verano. Le acompañan los Jardines del Teatre Grec, 1,65 hectáreas de plantas del mediterráneo.
La famosa escultura del colombiano Fernando Botero, fue adquirida por el Ayuntamiento de Barcelona en 1987, y después de haber ocupado distintos sitios de la ciudad sin éxito, encontró su casa en la Rambla del Raval, donde ya se ha convertido en todo un símbolo del barrio y de la ciudad.
Ubicado a medio camino entre la famosa Fuente Mágica de Montjuic y el Poble Espanyol, esta obra maestra de la arquitectura en ocasiones pasa desapercibida. Obra del arquitecto Mies van der Rohe, uno de los padres de la arquitectura moderna, para el Pabellón Alemán de la Exposición Internacional de 1929, se convirtió en un hito de la arquitectura del siglo pasado, marcando las pautas del movimiento moderno, estilo que dominó la corriente estética de una buena parte del siglo XX.
Pabellón Mies van der Rohe, Montjuic – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
Esta fundación, ubicada en una finca modernista de Doménech i Montaner en pleno Eixample barcelonés, está dedicada íntegramente a la obra de Antoni Tàpies, considerado uno de los mayores artistas españoles del siglo XX. Además de las exposiciones permanentes de su obra, el museo también exhibe la colección personal del artista, que incluye obras de Picasso, Goya, Duchamp, Kandinsky y Klee entre otros.
Fachada de la Fundación Antoni Tàpies de la calle Aragó – Foto: Oh Barcelona, CC BY 2.0
Este camino en la Sierra de Collserola goza de gran popularidad entre los barceloneses, que acuden para disfrutar de un paseo en bicicleta o para correr con las mejores vistas de Barcelona. Es un tramo plano de poca dificultad que se subdivide en varios caminos y es perfecto para un día de excursión en familia. Es uno de los miradores de Barcelona que vale la pena visitar, ya sea desde el parque de atracciones del Tibidabo o el funicular de Vallvidrera.
Carretera de les Aigües y el Observatorio Fabra – Foto: Börkur Sigurbjörnsson, CC BY 2.0
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