Volar suele ser considerado el medio de transporte más seguro existente, una afirmación justificada en base a unas estadísticas que declaran los pocos accidentes que hay en comparación a la enorme cantidad de vuelos que diariamente surcan los cielos de nuestro planeta.

Sin embargo, el impacto que causa una tragedia aérea como la del vuelo 4U9525 de Germanwings, en el que lamentablemente no hubo supervivientes, tiene efectos desgarradores que serán sumamente difíciles de olvidar. Esta aeronave, que cubría la ruta Barcelona-Düsseldorf, viajaba con un total de 150 personas a bordo, 6 de ellos tripulantes.

El avión siniestrado, un Airbus A320 de la compañía low cost alemana, despegó del Aeropuerto de Barcelona-El Prat sobre las 10:00 horas y tras poco más de media hora de vuelo a una altitud de 38.000 pies, se desplomó en cuestión de pocos minutos hasta una altura de aproximadamente 6.000, para luego desaparecer de los radares.

La aeronave, ya había realizado el trayecto Düsseldorf-Barcelona esa misma mañana del martes 24 de marzo, cuando despegó antes de las 7:00 horas desde la ciudad alemana con rumbo a la Ciudad Condal. Había pasado un último control de rutina un día antes del accidente en Düsseldorf.

Las noticias parecen indicar una presunta responsabilidad del co-piloto y la muy triste sospecha que la tragedia no haya sido causada por un accidente si no por una acción intencional. Como en todas las tragedias antes de sacar conclusiones es importante esperar que los equipos de investigaciones hayan terminado sus análisis de lo que ocurrió en esa terrible mañana del martes, 24 de Marzo.

El descubrimiento de la primera caja negra por las fuerzas de rescate y su posterior análisis han revelado algunos de los sucesos que desencadenaron el desplome del vuelo de Germanwings. Según lo registrado en la grabación, las autoridades francesas han declarado que el copiloto a bordo, Andreas Lubitz, aprovechando la ausencia temporal del comandante Patrick Sonderheimer, bloqueó la puerta de la cabina de mando y estrelló deliberadamente el avión, sin que aún se hayan podido conocer las razones de su inconcebible y macabra decisión.

Si bien se están investigando a fondo las razones por las que Lubitz decidió estrellar el avión, hasta el momento no hay indicios de que haya habido una motivación terrorista por parte del copiloto de nacionalidad alemana. A partir de la pasada semana, diversas aerolíneas han anunciado una nueva regulación en la que obligatoriamente deberá haber al menos dos tripulantes en la cabina de mando en todo momento.

Desde vuelosbaratos, queremos enviar un sentido mensaje de condolencia a todos los familiares de las víctimas de este terrible drama que esperamos no se vuelva a repetir nunca más. Nuestros pensamientos están con todos vosotros.