Casi seguro que, hace tiempo, nadie en el Ministerio de Fomento imaginaba que la célebre campana de la Bolsa iba a sonar tan bien. Tal como estaba previsto, AENA ha salido por fin a Bolsa y lo ha hecho con un inicio mucho mejor de lo que se preveía. El ente gestor aeroportuario español contaba de inicio con un capital por valor de 8.700 millones de euros y en su primera jornada se estrenó con una espectacular subida del 20%. O, para ser exactos, un 20,69%.

Las acciones, que estaban a un precio de 58 euros, es decir, el precio más alto del segmento previsto (el mínimo era de 53), se revalorizaron con una rapidez inusitada  y pasaron a 70 euros. De esta manera, el dinero invertido sumó 1.800 millones extra y, así, se ha logrado superar ampliamente las expectativas de recaudación, calculadas en 4.200 millones, para alcanzar 63 millones más.

Es la mayor salida a Bolsa de los últimos cuatro años en Europa. Más aún si nos ceñimos a España, en la que hay que remontarse a 1998, cuando la protagonista entonces fue Endesa. Y encima con doble mérito, dado que las operaciones no estaban siendo muy halagüeñas, como demuestra el hecho de que el Ibex 35 perdiera un 1,29%.

En realidad, se trata de una sorpresa relativa, ya que los expertos preveían que el estreno en el parqué fuera positivo. Así lo indicaba la alta demanda registrada durante la OPV (Oferta Pública de Venta); otra cosa será cómo evolucione más adelante, previsiblemente tendiendo a una mayor estabilidad. ¿Por qué? Habría que apuntar varias razones, entre ellas la propia reestructuración de AENA y la falta de accionistas o socios de peso.

Recordemos que AENA ha sido sometida a un proceso de privatización parcial para que el organismo sea más competitivo, reduzca costes y mejore su eficiencia. La operación, que inicialmente iba a afectar al 60% del capital, fue rebajada luego de manera que el Estado se queda con un 51% -a través de Enaire- mientras que el 49% restante se puso en venta; inversores institucionales se quedaron con el 94,81% y minoristas con el otro 5,19%.

El fondo británico TCI y el millonario George Soros son los dos accionistas más importantes tras la propia AENA, con un 6,5% y un 1,15% respectivamente. Pero cada cinco años habrá una nueva regulación que determine las características de funcionamiento del servicio.

AENA Aeropuertos es el primer ente gestor aeroportuario del mundo con 187,4 millones de pasajeros el año pasado, 4.000 empleados y un valor total que se calcula en torno a 13.000 millones de euros. Parecidas son las cifras de su deuda, unos 12.000 millones.

Con el precio alcanzado en el estreno, la capitalización bursátil del ente se ha multiplicado, llegando a 10.500 millones de euros. Gracias a ello, escala posiciones en la clasificación de cotización de grandes empresas españolas, pasando del puesto 21º al 17º. Queda por delante un futuro que parece prometedor.

Sobre El Autor

Nacido en Oviedo (Asturias), soy historiador de formación y bloguero profesional desde 2009, con atención especial a viajes y turismo. Me gusta conocer otros lugares, bien todo el país, bien centrándome en alguna ciudad. He hecho la casi preceptiva visita a naciones de nuestro entorno europeo, como Portugal, Francia, Italia, Inglaterra, Escocia, República Checa, Rumanía y Grecia, en busca de esa identidad continental común.En el entorno mediterráneo tuve ocasión de hacer realidad un viejo sueño y recorrer Egipto en lo que fue mi primer periplo exótico. Luego siguieron otros igualmente fascinantes como Jordania y Marruecos. También salté el charco para descubrir el Nuevo Mundo, desde México a Bolivia pasando por Costa Rica, Panamá, Colombia y Perú, donde me sentí como en casa.Finalmente, también pude cumplir otro anhelo al viajar a África para ver in situ esos rincones que me fascinaban desde niño por los relatos y películas de exploradores: Kenia y el legado de Karen Blixen, Uganda y las fuentes del Nilo, Ruanda y los gorilas de montaña, el Serengueti o el Cráter del Ngorongoro en Tanzania...Extasiarse ante belleza impactante de la Capilla Sixtina, atisbar el Tesoro de Petra asomando por la abertura del cañón del Sij, sentirse abrumado por los colosos de Ramsés II en Abu Simbel o las pirámides de Giza, escuchar la potencia ensordecedora de las cataratas Murchinson, ver salir el sol desde lo alto del Sinaí o de Machu Picchu, cabalgar por la ribera del Nilo, caminar por la grandiosidad enigmática de Teotihuacán, despertarse al amanecer con el rugido de un león en la sabana, fotografiarse ante la inmensidad blanca del Salar de Uyuni, deambular por el Whitechapel de Jack el Destripador, contemplar París desde lo alto de la Torre Eiffel, navegar por el lago Ness...Todo ello -y lo muchísimo más que aún haya de venir- trato de plasmarlo en imágenes y palabras a través de mi blog El Viajero Incidental y Viajeros de La Brújula Verde.

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