48 horas en Granada

Pese a no ser una enorme ciudad, Granada es un lugar en la cual podemos encontrar una gran cantidad de lugares para descubrir, desde sus monumentos más famosos como la Catedral o la Alhambra hasta sus pequeños rincones entre teterías y cármenes del Albaicín. Un fin de semana puede saber a poco para recorrer la antigua capital del Reino Nazarí, aunque una visita bien programada nos permitirá captar la esencia del lugar y disfrutar de sus múltiples rincones encantados.

Mañana en La Alhambra

Recomiendo la visita a la Alhambra por la mañana para hacer una entrada fuerte en la ciudad y tener tiempo de aprovechar bien el día. Lo ideal es reservar las entradas de forma anticipada a través de los cajeros de La Caixa, ya que así ya nos aseguramos el horario de visita de los Palacios Nazaríes. Quienes no hubieran podido adquirirlas previamente, podrán hacerlo en taquilla a partir de las 8:00 horas (si es en verano, conviene llegar bien temprano porque hay mucho turismo y se forman largas colas). La entrada general son 14 euros e incluye la visita a los Palacios Nazaríes, los Jardines del Generalife, la Alcazaba, el Baño de la Mezquita y el palacio de Carlos V. En este último, al que se puede acceder sin necesidad de comprar entrada, se celebran exposiciones que generalmente vale la pena visitar. Por otro lado, en caso de tener que esperar para la entrada a los Palacios (es la única parte de la visita en la cual la reserva especifica un horario en el billete) nos podemos sentar a disfrutar de la vista del barrio del Albaicín, con sus casas blancas y cipreses.

Generalife, Alhambra, Granada. ©depositphotos.com/danystock

Al acabar la visita, podemos volver hasta la Plaza Nueva en unos 10 minutos andando por un camino muy agradable o, para quienes se animen, vale la pena hacer un recorrido un poco más largo (unos 20 minutos) bordeando el conjunto árabe y bajar por la Cuesta de los Chinos (saldremos a la plaza al final del Paseo de los Tristes). Después de admirar las vistas de la Alhambra desde abajo, podemos seguir por el Paseo de los Tristes bordeando el río Darro.

De tapas por Granada

En el Paseo de los Tristes hay varios bares de tapas entre los cuales elegir, pero yo seguiría hasta el nº 41 de la calle Elvira para comer en el Babel.

Para los no iniciados en el arte del “tapeo”, deben saber que en esta ciudad cualquier consumición va acompañada de una “tapa”, un pequeño plato de comida que varía mucho de unos bares a otros, tanto en calidad como en cantidad. Por otro lado, habrá lugares en los cuales podremos elegir entre varias opciones (generalmente hasta un máximo de 2 variedades por mesa), mientras que en otros nos irán trayendo las distintas tapas preparadas del día a medida que vayamos pidiendo. En el bar Babel hay tapeo muy rico y a elegir en torno a 2 euros la consumación, para probar comidas locales e internacionales. Tienen también platos a buen precio y bastante oferta en cocina vegetariana.

Visita a la Catedral por la tarde

La Alhambra es una visita que no deja indiferente, ya que nos permite hacer un recorrido por la historia de los árabes en esta zona y admirar la belleza de su arquitectura. Pero lo cierto es que es un plan que nos dejará algo cansados y probablemente sin ganas de subir muchas cuestas. Propongo para la tarde dar un paseo por la zona de la Catedral y visitar este monumento emblemático de la ciudad.

Fundada justo tras la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492 y concluida a comienzos del siglo XVI, constituye una de las obras claves del Renacimiento en España. Tiene un especial reconocimiento además porque es en su Capilla Real en donde se encuentra el sepulcro de los Reyes Católicos. También se puede acceder al Museo Catedralicio, que reúne importantes obras de orfebrería, ornamentos, pinturas, esculturas y tapices. Podremos ver aquí una selección de tallas en madera de los máximos representantes de la escuela barroca granadina como son Alonso Cano, Pedro de Mena o Torcuato Ruiz del Peral, por mencionar una parte entre las tantas piezas destacadas de la colección. El horario de visita de lunes a sábados va de 10:45 a 18:45 horas (los domingos abre de 14:30 a 17:15 horas). Y el precio de la entrada es de 4 euros (que incluye la visita a la Sacristía y al Museo).

Catedral de Granada. ©depositphotos.com/paulrommer

Quienes quieran ir de tiendas, entre las calles Reyes Católicos, Recogidas y Mesones es donde se concentran la mayoría de las tiendas más conocidas. Para relajarnos en una cafetería por la tarde, mi propuesta es La Qarmita, un lugar agradable y acogedor en la calle Águila donde poder pedir un café o un té acompañado de un libro. Pues tienen una biblioteca de la cual coger libros para leer allí mismo o también comprarlos para llevar a casa (de segunda mano, en general muy baratos).

Noche granadina

Un sábado por la noche en Granada ofrece una gran variedad de opciones, en función de los gustos y las edades de los viajeros. Para tomar unas tapas y empezar con unas cervezas, la calle Elvira es una buena opción, pues está llena de bares para elegir. Para quienes les guste el billar, pueden ir al Entresuelo (Plaza de San Agustín, 2), donde también suelen organizar exposiciones, conciertos y ciclos de cine. Otro bar que recomiendo es La Tertulia (calle Pintor López Mezquita, 3), de ambiente bohemio y con muy buen trato. Generalmente organizan buenos conciertos los fines de semana, así que quizás tenéis la suerte de cruzaros con algo de su programación.

Una mañana paseando por el Realejo

Por la mañana podemos aprovechar para dar un paseo por el barrio del Realejo, la antigua judería granadina. Para empezar, darnos una vuelta por el Campo del Príncipe, plaza situada en el emplazamiento del antiguo cementerio musulmán y que actualmente constituye el centro vital del barrio. En el Realejo se pueden visitar algunos buenos ejemplos de palacetes granadinos, los cuales suelen acoger exposiciones y otras actividades culturales. Uno de ellos es la Casa de los Tiros (Pavaneras, 19), que los domingos abrirá de 10:00 a 17:00 horas. También está el Palacio de los Condes de Gabia (Plaza de los Girones, 1), que abre sus puertas entre las 11:00 y las 14:00 horas. La entrada en ambos casos es gratuita.

Otra propuesta interesante en la antigua judería es la Fundación Rodríguez-Acosta, un carmen (construcción típica granadina) diseñado por el pintor José María Rodríguez-Acosta a comienzos del siglo XX. Se organizan visitas guiadas donde nos explicarán sobre el edificio y sus jardines, así como las concepciones del artista y, según el tipo de entrada que escojamos, podemos visitar también el estudio del artista y la biblioteca. Es una visita que realmente merece la pena, pues además de hacer un recorrido por este impresionante carmen y sus jardines, se tienen desde allí unas buenas vistas de la ciudad. El valor de las entradas va de los 6,20 a los 7,20 euros, según el tipo de visita que elijamos, y habrá que reservar con antelación a través de la web de la fundación. En cuanto al horario de apertura, va desde las 10:00 horas hasta las 16:30 en invierno y las 18:30 en verano.

Cuesta del Realejo, ©depositphotos.com/sgoodwin4813

Tapas o un buen menú

Una buena opción para quienes quieran ir de tapas al mediodía puede ser el bar Shambala, a pocos pasos de la Plaza Trinidad (calle Fábrica Vieja). El bar es pequeño y acogedor y si hace buen tiempo podremos sentarnos en la terraza. Aquí la tapa no se puede elegir pero siempre me sorprenden con alguna delicia al margen de los fritos de muchos sitios. Las bebidas con tapa no pasan de los 2 euros y tienen también raciones a buen precio.

Por otro lado, quienes quieran una oferta vegetariana, sin tener que irse del Realejo tienen el café-restaurante Hicuri (Plaza de los Girones, 4). Tiene una carta variada en cocina vegana y ofrecen un menú por 12,80 euros (incluidos primer y segundo plato, postre, pan, bebida y aperitivo).

Una tarde por las calles del Albaicín

No se puede concebir una visita a Granada sin que figure un paseo por el mítico barrio del Albaicín y algunos de sus miradores. Uno de los puntos clave del barrio es el Mirador de San Nicolás, donde se crea un ambiente único generalmente animado con alguien a la guitarra y la inigualable vista de la Alhambra en primer plano. Si bien es uno de los puntos más turísticos y es verano está muy lleno, es una de las visitas ineludibles del Albaicín. Paseando por este barrio, con tranquilidad para no cansarnos por sus cuestas, podremos ver las casas típicas de Granada, los cármenes, la mayoría de finales del siglo XVIII y comienzos del XIX.

Otra de mis recomendaciones es juntar un poco más de fuerzas y subir por las calles que nos llevan hasta el Mirador de San Miguel Alto (no es lejos, pero hay bastante subida). Es un punto ideal para ver el atardecer con unas vistas inmejorables de todo el Albaicín y el resto de la ciudad. En días de buen tiempo conviene llegar un poco antes para poder sentarnos a descansar, ya que suele juntarse bastante gente.

El Albaicín, Granada

Para concluir la tarde, un clásico si estamos en la capital granadina, especialmente para los amantes del té y los pastelitos árabes, son las teterías. Es en la Calle Caldererías donde se concentran la mayoría de ellas. Sin embargo, fuera del circuito de esta calle existe una que me gusta especialmente, ya que desde la parte de arriba se tienen vistas a la Alhambra. Me refiero a la Abaco Té, que está en el Albaicín (calle Álamo, 5). Además del lugar resultar acogedor en invierno, también tiene una pequeña terraza. Y los precios son algo más baratos que en la mayoría: tés por 2 euros, batidos por 3 euros… y diferentes dulces, entre los cuales las estrellas son los crepes (desde 2 euros).

Noche de jam session

Después de cenar, los domingos en la Boogaclub (Calle Santa Bárbara, 3) se organizan jam sessions a partir de las 23:00 horas, para quienes aún quieran aprovechar la noche granadina. En general la entrada es gratuita, aunque también pueden cobrar en torno a 3 euros (que incluye una cerveza).