48 Horas en Cadaqués, Port Lligat y Cap de Creus

Uno de los rincones más autóctonos y particulares de la costa catalana es la Costa Brava, franja costera de 214 Km que comprende desde la desembocadura del río Tordera, junto a la población de Blanes y que se extiende hasta Portbou, el pueblo más septentrional del mediterráneo español, ubicado a pocos cientos de metros de la frontera con Francia.

Esta parte de litoral catalán pertenece a la provincia de Gerona y se caracteriza por lo abrupto de su topografía, una particularidad que se hace más evidente entre la Bahía de Roses y el Parque Natural de Cap de Creus, uno de los espacios naturales de mayor importancia en Cataluña y donde el fuerte viento de la tramuntana obstaculiza el crecimiento de vegetación, lo cual contribuye a acentuar lo agreste del paisaje.

Este región también es conocida por sus pueblos de casas blancas como Cadaqués y Portlligat, que en ocasiones recuerdan más a los pueblos mediterráneos de Grecia que al propio estilo del Mediterráneo.

Llegada a Cadaqués

Cadaqués es la localidad más oriental en toda la península ibérica, pero lo cierto es que un destino como este no necesita hacer alarde de este tipo de títulos, ya que es un pueblo dueño de un encanto particular que lo convirtieron en un destino vacacional que por décadas atrajo a famosos, artistas e intelectuales que encontraron un refugio de paz en este apartado rincón del mediterráneo.

Apartado porque a pesar de estar actualmente comunicado por carretera, por siglos Cadaqués permaneció aislado de las comarcas del interior y dada su condición de pueblo pesquero, vivía más de cara al mar. Esta peculiaridad le otorgó unas características muy diferenciadas, tanto culturales como lingüísticas, con otros poblados de la zona de más fácil acceso.

Cae la tarde e Cadaqués. Imagen: ©depositphotos.com/andreslebedev

Estatua de Salvador Dalí, Paseo Marítimo de Cadaqués

Una de las personalidades que convirtió a Cadaqués en su segundo hogar fue Salvador Dalí, y su presencia en el pueblo ha sido de tal importancia para el pueblo que su estatua se encuentra en un punto privilegiado del paseo marítimo, pero ya hablaremos de Dalí más adelante. Ahora es momento de caminar por las estrechas calles de Cadaqués y descubrir pequeños rincones llenos de encanto, que en verano se vuelven a llenar de vida. En la calle Vigilant, perpendicular al paseo marítimo, encontrarás la Oficina de Turismo de Cadaqués.

Si visitas Cadaqués en agosto, podrás presenciar uno de los acontecimientos más esperados de todo el año: el Festival Internacional de Música de Cadaqués, un encuentro anual de músicos y agrupaciones de varios estilos que durante días se dedican a ofrecer actuaciones en distintos puntos representativos del pueblo. En estas primeras horas te invito a visitar algunos de los monumentos más emblemáticos de Cadaqués y su casco antiguo.

Paseo Marítimo de Cadaqués – Foto: Michele Ursino, CC BY-SA 2.0

Paseo Marítimo de Cadaqués – Foto: Michele Ursino, CC BY-SA 2.0

Casa Serinyana o “Casa Blau” (Casa Azul)

Como en muchos puntos de Cataluña, en Cadaqués hay muchos ejemplos de edificios modernistas que valen la pena visitar. A pocos pasos del paseo marítimo y de frente a la Playa Grande de Cadaqués, se encuentra esta casa perteneciente a la familia Serinyana, que tras hacer fortuna en Cuba, construyeron este edificio de tres pisos con buhardilla que es uno de los símbolos del pueblo. Si caminas por esta calle en dirección opuesta al pueblo, eventualmente encontrarás unas perspectivas muy fotogénicas de Cadaqués.

Casa Serinyana o Casa Blau. Imagen: ©depositphotos.com/alexsalcedo

Calle del Call – Centro histórico

Para entrar de lleno en el centro histórico, debes recorrer la Calle Call, una de sus vías más típicas y una de las que mejor conserva el “rastell”, el pavimento tradicional de Cadaqués. Completamente hecho a mano, está formado por piedras extraídas de la orilla del mar que han sido levemente erosionadas por el movimiento del agua. Como efecto curioso, el pavimento absorbe el agua y evita que la gente resbale. No te detengas en explorar los alrededores de esta calle, llenas de pequeñas tiendas, restaurantes y casas pintorescas. Para la cena, nada mejor que el restaurante “La Sirena” (Calle Call s/n), uno de los sitios más legendarios del centro histórico.

Calle del centro histórico de Cadaqués. Imagen: ©depositphotos.com/nito103

Iglesia de Santa María – Cadaqués

Ante un bonito amanecer, nada mejor que subir hasta la Iglesia de Santa María, el punto más alto de Cadaqués, que ofrece una hermosa vista del pueblo. Una vez ahí, vale la pena examinar este monumento de estilo gótico tardío, construida en el siglo XVII. Una de sus mayores reliquias es un impresionante retablo barroco de 23 metros de altura en honor a la Virgen de la Esperanza. Si quieres asistir a la misa, entre octubre y mayo se celebran los domingos a las 11:00 horas, entre junio y septiembre se extiende a los sábados a las 20:00 horas.

Iglesia de Santa María, Cadaqués – Foto: Jaume Escofet , CC BY 2.0

Cap de Creus

Visitar el Cap de Creus es una experiencia imprescindible en la Costa Brava y se debe reservar esta excursión preferiblemente en un día despejado. ¿Las razones? Es el punto donde el Pirineo se encuentra con el mediterráneo en un paisaje que a medida que te vas aproximando a ratos parece sacado de otro planeta. Se trata de un promontorio ubicado en el punto más oriental de la península ibérica y es uno de los parques naturales más importantes de Cataluña. En sus inmediaciones hay muchas excursiones por hacer y algunos puntos de interés que no debes dejar de visitar.

El mediterráneo desde el Cap de Creus. Imagen: ©depositphotos.com/dnaveh

Cala en el Cap de Creus – Foto: joan ggk, CC BY 2.0

Faro del Cap de Creus

En el extremo oriental del cabo, a una altura de 87 metros sobre el nivel del mar, se encuentra una de las pocas edificaciones de la zona: el Faro de Cap de Creus. La forma más rápida para llegar desde Cadaqués es naturalmente en coche (unos 7,6 Km hasta el faro), aunque si te va la aventura se puede hacer el recorrido a pie tomando el Camino Antiguo de Cadaqués al Cap de Creus, de dificultad media y de unos 14 kilómetros de longitud.

Situado en el promontorio sobre la punta de la Esquema, comenzó a alumbrar en 1853 y ha funcionado de forma continua, exceptuando los años de la Guerra Civil y su aspecto actual corresponde al año 1962. En la antigua casa contigua al faro se encuentra un restaurante en el que además de poder disfrutar de una agradable comida puede servir de refugio temporal. No exagero cuando digo que el viento que sopla sobre este promontorio es uno de los más fuertes que he experimentado y en un día malo no se puede soportar por mucho tiempo. En un día despejado es posible ver el pueblo de Portbou y la costa francesa.

Se trata de la tramontana, una ráfaga de viento del norte que azota las costas de Baleares y esta zona de Cataluña. El impacto de esta viento es legendario en la zona y ha sido referenciado en muchas obras literarias. En ocasiones ha llegado a alcanzar los 200 Km/h.

Faro de Cap de Creus. Imagen: ©depositphotos.com/dnaveh

Tarde de relax en las playas de Cadaqués

Si viajas a Cadaqués en verano no debes dejar de visitar algunas de sus mejores playas y calas. Dentro del Parque Natural de Cap de Creus encontrarás por ejemplo la Playa Sant Lluís de fácil acceso y la Playa de Ses Noues, también en la Bahía de Guillola. Más hacia el sur encontrarás más playas de calidad como la Playa de S’alqueria Petita, y si buscas playas más cercanas a Cadaqués, puedes ir a Es Pianc delante del Hotel Playa Sol, Portdugué al oeste del paseo marítimo, Sa Conca, Playa del Ros o Playa Grande.

Playas de Cadaqués – Foto: Michele Ursino, CC BY-SA 2.0

La noche en Cadaqués es para relajarse, dar paseos tranquilos y sencillamente disfrutar de la vida. Curiosear en alguna tienda, comprar algún recuerdo y disfrutar del atardecer mientras se hace tiempo para la cena. Uno de los restaurantes mejor valorados en Cadaqués es El Barroco, con una propuesta gastronómica mediterráneo-libanesa.

Cae la noche en Cadaqués. Imagen: ©depositphotos.com/Toniflap

Casa – Museo Salvador Dalí, Portlligat

A pesar de haber nacido en la cercana Figueres, Dalí pasó muchos veranos de su infancia en Cadaqués y en Portlligat, localidad que vio nacer a su padre. En 1930 decidió comprar una pequeña casa en la bahía de Portlligat y allí se estableció con Gala. Tras visitas intermitentes y una ausencia prolongada, volvieron en 1948 y desde entonces se convirtió en su casa y taller.

Exterior de la Casa Museo de Dalí en Portlligat – Foto: Ferran Pestaña, CC BY-SA 2.0

Al tiempo, Dalí fue adquiriendo las casas vecinas y consiguió concebir una estructura dispersa, llena de desniveles, estancias diferenciadas y caminos laberínticos. El resultado se puede visitar actualmente y se recomienda para entender plenamente el universo daliniano. La casa es una parte inseparable del paisaje de Portlligat y Cadaqués, ya que además de la influencia que tuvo en artista en la zona, aquí se crearon muchas de sus grandes obras. La casa en sí es una representación de la estética creada por Dalí, cuyas ventanas hacia la Bahía de Portlligat en ocasiones parece que se trataran de un lienzo.

Objetos decorativos en la Casa de Dalí, Portlligat – Foto: Alejandro Flores, CC BY 2.0

Los espacios a visitar en la casa se dividen en tres zonas diferenciadas. El primero corresponde a las dependencias de la vida de Dalí y Gala, el comedor, la biblioteca, el salón o el dormitorio. Luego están el taller de Dalí y la sala de modelos y finalmente los espacios públicos, como el comedor de verano, la piscina y el olivar. En 1998 la Casa Museo y todo el entorno fueron declarados Bien Cultural de Interés Nacional.

Si quieres visitar la Casa Museo de Dalí en Portlligat es obligatorio hacer una reserva previa por internet donde puedes comprar tu entrada para un día y hora específica, ya que cada 10 minutos se admiten grupos de hasta 8 personas. Debes retirar las entradas media hora antes de tu hora de visita, de lo contrario el museo puede vender tu entrada a otra persona, así que es recomendable llegar con anticipación. La entrada individual cuesta 11 euros.

Dormitorio de Dalí y Gala en la Casa Museo en Portlligat – Foto: Ferran Pestaña, CC BY-SA 2.0