En un país de pasado tan rico en patrimonio monumental y cultural como España, y además con una historia tan extensa, uno de los principales atractivos que suelen encontrarse los visitantes cuando visitan las ciudades de cierto tamaño es la cantidad de palacios que hay en ellas.

Son un reflejo de los tiempos en que la estructura social tenía dos clases privilegiadas, la realeza y la aristocracia, que vivían de forma acomodada sobre la mayor parte del pueblo y ello se plasmaba en viviendas exquisitas, construidas con materiales nobles y cuya decoración era una buena muestra de la moda artística del momento.

Ahora bien, a partir del siglo XIX hay una nueva clase social enriquecida por sus negocios comerciales e industriales, la burguesía, que trata de incorporarse a esa élite preexistente con un modo de vida fastuoso que demuestre su nuevo poderío económico. Y la mejor forma es pagando una arquitectura a la altura de esa circunstancia, generalmente con una zona dedicada a recibir invitados muy fastuosa y otra para la vida cotidiana más sencilla.

En cualquier caso, si España es pródiga en castillos también lo es en palacios. Como es lógico, muchos se concentran en la capital, Madrid, que es donde se situó la corte desde 1606. Pero hay una buena cantidad repartida por todo el territorio, tanto el peninsular como el insular.

Algunos han sido reaprovechados para sedes institucionales y sólo se pueden ver parcialmente, como el palacio de San Telmo sevillano, La Almudaina mallorquina, el Pazo de Raxoi compostelano o el Palau de la Generalitat, denominación que sirve para la de Cataluña o la de Valencia. Otros, en cambio, se han rehabilitado y acondicionado como museos en sí mismos.

1. PALACIO REAL, MADRID

El actual Palacio Real fue construido por orden de Felipe V tras el terrible incendio de 1734 que destruyó el viejo Alcázar de los Austrias. El monarca de la nueva dinastía deseaba, nieto de Luis XIV, deseaba un edificio que le recordase Versalles y así se lo encargó al arquitecto italiano Filippo Juvara, al que luego se sumaron otros nombres destacados como Sabatini.

El resultado fue espléndido, estructurado en torno a un gran atrio abierto, la Plaza de la Armería, donde se realizaban los grandes eventos militares (aún hoy tiene lugar periódicamente el espectacular Cambio de Guardia Solemne). Una vez dentro, se sube a las plantas superiores por la imponente escalera de mármol que en 1840 defendió un puñado de alabarderos contra las tropas del general Diego de León.

El espléndido Salón del Trono, con dos butacas sobre una tarima, está decorado con tapices, frescos y espejos. Se suceden así ricas dependencias, primero las del ala de Carlos III, con lugares casi de fantasía como el Salón Gasparini, rococó chinesco, o el Salón de Porcelana, forrado de dicho material. Luego, el comedor, ampliado mediante la unión de dos salas en tiempos de Alfonso XII y que aún acoge banquetes de Estado.

El otro ala del palacio es la de Carlos IV, con los billares donde Fernando VII jugaba con su camarilla o la curiosa Farmacia Real, transformada ahora en museo boticario.

Beautiful view of famous Royal Palace in Madrid, Spain

El Palacio Real de Madrid – Imagen: ©depositphotos.com/sailorr

Cómo llegar:
Avión: si hay un aeropuerto bien conectado con toda España es el Adolfo Suárez Madrid-Barajas. Iberia, Iberia Express, Air Nostrum, Vueling y Ryanair son las compañías que vuelan a la capital desde otras ciudades españolas.Tren: si es fácil llegar por avión más aún en ferrocarril, ya que la red AVE y Alvia tiene rutas desde toda España. Lo mejor es consultar horarios y precios en Renfe.
Autobús: como pasa con el tren, también es sencillo llegar por carretera, sea en coche propio, sea en autobús. ALSA, por ejemplo hace el trayecto desde muchas comunidades autónomas.
2. REALES ALCÁZARES, SEVILLA

Una amalgama de estilos diversos no le quita un ápice de belleza a este palacio sevillano que, allá por el siglo IX, empezó siendo una alcazaba almohade para protegerse de las incursiones vikingas y luego fue sumando sucesivas ampliaciones, cada vez más alejadas del uso militar en favor del palaciego.

Se entra por la Puerta del León, que da al patio homónimo y éste al Patio del Yeso, que es del siglo XII y junto con la Sala de Justicia es lo que queda de ese período. Porque luego cayó en manos cristianas, siendo de esa época (siglo XIV, durante el reinado de Pedro el Cruel) otro patio más, el de la Montería, donde se reunían las partidas cortesanas antes de salir de caza.

Alfonso X el Sabio mandó hacer un palacio mudéjar dentro del recinto, estructurándose en torno a un par de patios: el de las Muñecas, para la vida privada, y el de las Doncellas, para la oficial. En 1427 se le añadió el impresionante Salón de Embajadores. No sería el único aditamento, ya que se habilitó para labor administrativa cuando los Reyes Católicos lo designaron sede de la Casa de Contratación y, más tarde, Carlos V levantó nuevas dependencias para celebrar allí su boda con Isabel de Portugal; en concreto, parte de los jardines y el Patio del Crucero.

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Refrescantes jardines en los Reales Alcázares – Imagen: ©depositphotos.com/rognar

Cómo llegar
Avión: el aeropuerto de Sevilla opera 42 destinos mediante una veintena de aerolíneas. Por ejemplo, Iberia enlaza Sevilla y Madrid, mientras que desde Barcelona lo hacen Iberia, Vueling y Ryanair.
Tren: la Estación de Sevilla-Santa Justa es el punto de llegada en AVE. Desde Madrid se tarda unas 2 horas y 20 minutos.

Autobús:
varias empresas de autocares incluyen Sevilla como destino. Desde la capital, por ejemplo, Socibus oferta varias frecuencias al día; el tiempo de viaje ronda las 4 horas y media.
3. PALAU GÜELL, BARCELONA

Como decíamos al principio, a partir del siglo XIX la burguesía enriquecida quiso igualarse a la nobleza haciéndose construir ostentosos palacetes. Neoclásico y barroco son los estilos típicos pero cuando se impuso el modernismo, se abrió todo un mundo de nuevas posibilidades.

El industrial Eusebi Güell, mecenas habitual de Antonio Gaudí, le encargó a éste una vivienda en un solar muy estrecho, dificultad que el arquitecto solventó aprovechando al máximo los espacios interiores, levantando una fachada asimétrica y recargando todo de decoración neogótica, usando sus característicos azulejos (en las chimeneas), el hierro forjado (en el escudo, lámparas y verjas) y los arcos parabólicos.

El gran salón central al que se asoman las tres plantas se remata con una cúpula cónica con montones de orificios que representan la bóveda celeste. Además, las paredes se sustituyen por columnas, creando sensación de amplitud. Un sitio espectacular que forma parte del Patrimonio de la Humanidad junto con el resto de arquitectura modernista barcelonés.

Cómo llegar
Avión: Barcelona y Madrid se enlazan con el puente aéreo de Iberia, por ejemplo, aunque buena parte de los aeropuertos españoles también disponen de vuelos, especialmente en verano., y prácticamente con cualquier punto de la geografía nacional.
Tren: lo mismo se puede decir, casi, de la conexión ferroviaria gracias al AVE.
Autobús: en cuanto al desplazamiento por carretera, una de las compañías punteras en España es ALSA.
4. LA GRANJA DE SAN ILDEFONSO, SEGOVIA

Situado en la sierra segoviana de Guadarrama, la Granja de San Ildefonso es un lugar lo suficientemente cercano a Madrid (80 kilómetros) pero, a la vez, batido por el fresco montañés, eso lo hacía idóneo para que los reyes se trasladaran a ese Real Sitio en verano, huyendo del calor. Para ello transformaron en palacio una granja monástica de los jerónimos.

Fue, al igual que en la capital, a instancias de Felipe V. El encargado de los diseños, Teodoro Ardemans, contó con la colaboración del jardinero de Versalles, Le Nôtre, para ocuparse de las zonas verdes, que eran fundamentales para la idea del monarca porque ocupaban nada menos que 146 hectáreas.

Otro francés, René Carlier, hizo las 21 fuentes monumentales de 300 surtidores y temática mitológica, que se alimentan de agua por gravedad, sin motor alguno. Hoy se las puede ver funcionar tres veces al año con masiva asistencia de público (30 de mayo, 25 de julio y 25 de agosto).

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Una de las fuentes del Palacio de La Granja – Imagen: ©depositphotos.com/phb.cz

5. PALACIO DE ARANJUEZ, MADRID

Fue en Aranjuez, a orillas del Tajo, donde Carlos V estableció en 1501 una villa de caza que luego su hijo Felipe II encargó al arquitecto Juan Bautista de Toledo (sucedido a su muerte por Juan de Herrera) transformar en palacio. No se terminó hasta el reinado de Carlos III.

Con un interior de preciosismo inaudito, de los que son buena muestra los salones Chino y de Porcelana o la Sala de los Espejos, por fuera el Real Sitio está rodeado de grandes jardines. Hay que sumarle un edificio más pequeño llamado la Casita del Labrador y un pabellón que actualmente es el Museo de Falúas Reales, en el que se exhiben las embarcaciones usadas por los monarcas para navegar por el río.

Uno de los primeros ferrocarriles de España enlazaba el Palacio Real madrileño con Aranjuez hasta la puerta misma; se dice que, para la inauguración, el último kilómetro se dotó de raíles de plata. Hoy se ha recuperado ese trazado con el turístico Tren de la Fresa. El Palacio de Aranjuez forma parte del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 2001.

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El Real Sitio de Aranjuez – Imagen: ©depositphotos.com/Siempreverde

6. LA ALHAMBRA, GRANADA

El célebre conjunto formado por la alcazaba, palacios y jardines que se alza en la colina de la Sabika y constituía la ciudadela de Granada se bautizó con el nombre de Alhambra por el color de su piedra o el tono que de ésta se percibía durante los trabajos nocturnos.

Fue la residencia real y corte del Reino Nazarí granadino desde 1238, a la que se accedía por la Puerta de Armas (aunque tiene varias más). Son varios los palacios de su interior: unos corresponden a la época musulmana y otro a la cristiana, pues Carlos V quedó deslumbrado por la belleza del lugar y mandó hacer allí el suyo.

De todas las dependencias cabe destacar la Sala de los Abencerrajes, el Salón de Embajadores, la Sala de las Dos Hermanas, el Partal, la Sala de los Reyes y, por supuesto, el Patio de los Leones, con la famosa fuente recién restaurada.

Pallacios Nazaries in granada Spain – lion fountain

El icónico Patio de los Leones – Imagen: ©depositphotos.com/foto.lenpri@sezman.cz

7. PALACIO CERRALBO, MADRID

El palacete donde vivió el marqués de Cerralbo pasó, a su muerte (1922), a convertirse en un museo donde exhibir la impresionante colección de aquel aristócrata, político, historiador y coleccionista.

Abrió al público en 1944 mostrando piezas arqueológicas, artísticas, joyas, porcelanas, monedas, tapices, relojes, etc. Mención especial para las pinturas, con firmas de maestros como El Greco, Zurbarán, Tintoretto, Alonso Cano, Claudio Coello, Madrazo y otros, más dibujos de Ricci y Goya, y varias esculturas de la época romana.

Pero el edificio en sí es muy bonito. Diseñado por Alejandro Sureda, tiene un zaguán para carruajes que da a la escalera de honor, por la que se sube primero al entresuelo (habitaciones de la familia, relativamente sobrias) y después a la planta principal, destinada a recibir las visitas, mucho más vistosa: armaduras, panoplias, gabinete de trabajo, biblioteca, comedor, sala de billar y un espectacular salón de baile decorado con espejos y frescos en el techo.

Museo_Cerralbo

Imagen: Tim Adams en Wikimedia,CC BY 3.0

8. PALACIO DE LA ALMUDAINA, MALLORCA

Junto a la imponente Catedral de Palma de Mallorca, en una calle llamada, tan apropiadamente, Palau Reial, se alza lo que antaño fue una fortaleza árabe, como se puede deducir etimológicamente (Al Mudaina= ciudadela). Fue el arquitecto Pere Salva el que reformó el edificio para darle la esbeltez y hermosura de un palacio.

Estilos sucesivos añadidos desde tiempos de Jaime II, así como la planta sumada por Carlos V, hicieron que alcanzara proporciones (20.000 metros cuadrados) como para que Felipe II destinara el lugar a Real Audiencia y de la Capitanía General de las Islas. Una parte aún se usa oficialmente.

El eclecticismo estilístico no disminuye sino que aumenta su belleza, con atención especial al Tinell o salón de audiencias, el patio de armas y, sobre todo, la gótica Capilla Real. Muebles y elementos decorativos procedentes de otros sitios de Patrimonio Nacional completan el equipamiento junto a unos jardines y una curiosa escultura de Alexander Calder.

Almudaina Palace in Palma de Mallorca

Fachada de La Almudaina mallorquina – Imagen: ©depositphotos.com/alessandro 0770

9. LA CASA DE PILATOS, SEVILLA

Un sitio donde se han rodado escenas de películas como Lawrence de Arabia, El reino de los cielos o 1492. La conquista del Paraíso, tiene que resultar interesante para una visita. Pero es que, además, esta singular mansión sevillana es diferente porque su arquitectura renacentista obedece más bien al concepto típico andaluz que a lo que normalmente entendemos como palacio.

Hoy pertenece a los duques de Medinaceli pero se construyó en el siglo XV para Pedro Enríquez de Quiñones, Adelantado Mayor de la región. La leyenda dice que, estando sin terminar, su hijo visitó Jerusalén y descubrió que la distancia entre las ruinas del pretorio y el monte Gólgota era la misma que la de su casa de Sevilla y un templete cercano; consecuentemente, creó un Vía Crucis callejero con la primera estación en su palacio. De ahí derivó la historia de que había tomado como modelo las dependencias de Pilatos para acabar las obras.

El caso es que el edificio se estructura en torno a un patio con fuente, mostrando así las balaustradas de cada planta y arcadas con bustos de emperadores romanos en el friso. También hay estatuas clásicas traídas desde Roma, mientras en el piso superior, con entarimado de madera, se pueden ver tapices y pinturas de Goya, Jordán, Pacheco y otros artistas

Courtyard with fountain of Casa de Pilatos, Seville, Andalusia, Spain

El patio central de la sevillana Casa de Pilatos – Imagen: ©depositphotos.com/Neirfys

10. LA MAGDALENA, SANTANDER

Uno de los palacios más atípicos de España es éste que se alza en Santander, asomado al mar sobre un acantilado donde antes había un bastión defensivo. Es raro porque adopta el modelo estilístico de mansión británica (con algunos elementos franceses y locales), según el diseño de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega. se construyó por suscripción popular entre 1909 y 1911 para que veraneara la Familia Real.

Tiene dos fachadas opuestas, estando la principal orientada al sur, dotada de dos torreones octogonales almenados (uno más grande que el otro) flanqueando la entrada, la cual tiene una escalinata central doble. El interior es visitable y hay salones decorados con pinturas de importantes artistas. En la parte baja de la península hay caballerizas de inspiración georgiana que en 1949 se usaron como prisión.

Don Juan vendió la propiedad al Ayuntamiento en 1977 y pasó a albergar los cursos de verano de la Universidad Menéndez y Pelayo, tal como había hecho ya en el primer tercio del siglo XX.

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El aspecto británico del Palacio de la Magdalena – Imagen: ©depositphotos.com/philipus

 

Sobre El Autor

Nacido en Oviedo (Asturias), soy historiador de formación y bloguero profesional desde 2009, con atención especial a viajes y turismo. Me gusta conocer otros lugares, bien todo el país, bien centrándome en alguna ciudad. He hecho la casi preceptiva visita a naciones de nuestro entorno europeo, como Portugal, Francia, Italia, Inglaterra, Escocia, República Checa, Rumanía y Grecia, en busca de esa identidad continental común.En el entorno mediterráneo tuve ocasión de hacer realidad un viejo sueño y recorrer Egipto en lo que fue mi primer periplo exótico. Luego siguieron otros igualmente fascinantes como Jordania y Marruecos. También salté el charco para descubrir el Nuevo Mundo, desde México a Bolivia pasando por Costa Rica, Panamá, Colombia y Perú, donde me sentí como en casa.Finalmente, también pude cumplir otro anhelo al viajar a África para ver in situ esos rincones que me fascinaban desde niño por los relatos y películas de exploradores: Kenia y el legado de Karen Blixen, Uganda y las fuentes del Nilo, Ruanda y los gorilas de montaña, el Serengueti o el Cráter del Ngorongoro en Tanzania...Extasiarse ante belleza impactante de la Capilla Sixtina, atisbar el Tesoro de Petra asomando por la abertura del cañón del Sij, sentirse abrumado por los colosos de Ramsés II en Abu Simbel o las pirámides de Giza, escuchar la potencia ensordecedora de las cataratas Murchinson, ver salir el sol desde lo alto del Sinaí o de Machu Picchu, cabalgar por la ribera del Nilo, caminar por la grandiosidad enigmática de Teotihuacán, despertarse al amanecer con el rugido de un león en la sabana, fotografiarse ante la inmensidad blanca del Salar de Uyuni, deambular por el Whitechapel de Jack el Destripador, contemplar París desde lo alto de la Torre Eiffel, navegar por el lago Ness...Todo ello -y lo muchísimo más que aún haya de venir- trato de plasmarlo en imágenes y palabras a través de mi blog El Viajero Incidental y Viajeros de La Brújula Verde.

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