10 lugares que ver en Pekín y alrededores

Pekín, como toda gran ciudad, sufre las consecuencias de la rápida urbanización y de una alta densidad de población: problemas de contaminación, congestión vehicular y la pérdida de una parte de su patrimonio histórico, en pro de una modernidad que no para de avanzar. Teniendo en cuenta que se trata de una de las ciudades más pobladas del mundo, con más de 21 millones de habitantes, estamos ante una urbe que se debate entre su aspecto más tradicional y las presiones de la globalización avasallante.

Con muchos siglos de historia a cuestas, Pekín, la capital de China, es una ciudad que ha amasado una impresionante cantidad de monumentos, los cuales han conseguido sobrevivir a lo largo del tiempo gracias a su gran peso en el ámbito histórico y artístico. Grandes obras que no puedes dejar de visitar en un viaje a China. Sin distinción de épocas históricas o estilos arquitectónicos, te invito a conocer 10 monumentos increíbles de Pekín, la mayoría de ellos Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Inmortalizada en la película “El último emperador” de Bertolucci, La Ciudad Prohibida es sin lugar a dudas el complejo arquitectónico más ambicioso de Pekín y uno de sus principales símbolos. El propósito original de este colosal palacio fue el ser sede de las dependencias reales y gubernamentales de 24 emperadores chinos, los cuales gobernaron a lo largo de más de 500 años desde 1420 en su construcción, hasta 1949.

Su estructura inexpugnable, sólo reservada para la corte y el emperador, le confirieron el título de “Ciudad Prohibida”. De visita obligada, este palacio es difícilmente recorrible en un sólo día ya que cuenta con más de 980 edificios y abarca unos 720.000 metros cuadrados. En la actualidad, está considerado el complejo de palacios mejor conservado del mundo y en su interior hay numerosos jardines, paseos, plazas y grandes palacios, como el Palacio de la Pureza Celestial o el de la Tranquilidad Terrenal.

Gran tejedora de mitos y leyendas, hasta tiempos muy recientes, se pensaba que la Gran Muralla China, una de las obras más titánicas jamás llevadas a cabo por el hombre, tenía una longitud de 8.800 Km, pero lo cierto es que en la totalidad llegó a acercarse hasta los casi 22.000 Km de longitud. Por desgracia, menos de un 10% queda en pie de esta gran obra, cuya misión fue crear una muralla infranqueable para defender al Imperio Chino de ataques externos.

Construida a lo largo de muchos siglos (entre los siglos V a.C. y el siglo XVI para ser precisos), la Muralla China es una parada obligada en Pekín y recorrerla es un sueño hecho realidad. Cerca de Pekín se pueden visitar varios tramos de la muralla, como Badaling (el más turístico), Mutianyu y Simatai, ubicados a unos 70 kilómetros de Pekín.

Es uno de los edificios que mejor representa la simbología divina china. Localizado en un gran parque de unas 273 hectáreas, el templo y el conjunto que lo rodea, fueron construidos en 1420 para dar gracias y ofrecer ofrendas al cielo por la buena marcha de las cosechas en primavera y los frutos recogidos en el otoño.

Con edificios tradicionales chinos llenos de simbolismo, destaca el gran Templo de la Oración por la Buena Cosecha, un gran edificio circular de 30 metros de diámetro que es la imagen de todo el recinto. La visita al parque, muy visitado por residentes y turistas, es una oportunidad de ver a los pekineses en sus actividades habituales de esparcimiento, así como juegos, bailes e incluso bodas se celebran allí.

De unas dimensiones extraordinarias, como muchos de los monumentos de Pekín, el Palacio de Verano es un parque de casi 300 hectáreas que acoge un impresionante conjunto palaciego que fue utilizado por varias dinastías como residencia de verano y es otra muestra de la magnífica arquitectura tradicional china, así como un lugar de increíbles paisajes. Consta de innumerables jardines, un lago en donde puedes alquilar un bote de remos e incontables dependencias como la Torre de la Fragancia de Buda, el Jardín de la Virtud y la Armonía o la Calle Suzhou, una reproducción de un pasaje comercial, rodeado de pintorescos canales.

Ubicada justo al sur de la Ciudad Prohibida, esta enorme plaza -una de las más grandes del mundo- se construyó para acoger grandes actos militares e institucionales y como el símbolo de la República Popular de China. Tristemente célebre por ser el lugar de la masacre de Tiananmen, una revuelta estudiantil que fue duramente aplacada por el gobierno en 1989 en donde hubo centenares de fallecidos, la plaza consta de monumentos de interés como el Mausoleo de Mao Zedong, la Puerta de la Paz Celestial, el Monumento a los Héroes del Pueblo y la Torre de Tiananmen.

Ubicado cerca de Gulou, uno de los hutongs más tradicionales de Pekín, el Lago Houhai es un entorno encantador, rodeado de bares y restaurantes en los que hay una animada vida nocturna. Desde tomarte un cóctel en una de sus terrazas, alquilar un barco en el lago con tus amigos o disfrutar de una banda de rock en directo, es una opción ideal para el entretenimiento nocturno en un entorno arquitectónico y natural muy exótico.

A pocos metros del lago, se encuentran dos monumentos que son un legado cultural del antiguo Pekín. La Torre del Tambor es una hermosa torre de 46 metros que solía marcar el paso de las horas del día, las cuales se anunciaban al toque de 25 tambores que están en su interior. Aunque en la actualidad ya no tiene esa función, se puede visitar y ver una demostración tradicional del toque de los tambores, además de una vista impresionante.

Justo en frente, a unos cien metros de distancia, se encuentra la Torre de la Campana, otra torre que alberga una gigantesca campana (la más grande de China) que en otros tiempo anunciaba la hora cuando el reloj marcaba las siete de la tarde. Se dice que su sonido puede recorrer hasta 20 kilómetros. Se puede comprar una entrada conjunta para ambas torres a un precio de 30 yuan (4 euros).

Pekín fue la ciudad encargada de acoger los Juegos Olímpicos de 2008 y el recinto olímpico pasó a formar una parte importante y simbólica de la ciudad. El recinto, muy visitado por los pekineses, se llena de vida en los alrededores del Estadio Olímpico, también llamado “El Nido”, que fue el centro de dicho evento deportivo. También puedes visitar el Centro Acuático de Pekín y ver la famosa Antorcha Olímpica.

Sin duda se trata de un momento muy distinto a los que usualmente se conocen en Pekín. También conocida como Bai Ta, este monumento budista se encuentra en lo alto de una colina en la Isla Qionghua del famoso parque Beihai (cuyo lago se comunica con el Lago Houhai). Construida en piedra blanca en 1651, la pagoda tibetana está decorada con numerosos grabados del Sol y la Luna, así como escrituras budistas y antiguas pertenencias de monjes. No te pierdas otros templos budistas del parque como Chanfu o el Templo de la Paz Eterna, el Muro de los Nueve Dragones o simplemente disfrutar del agradable entorno del parque.