Berlín es una ciudad como ninguna otra en Europa y con una personalidad e identidad muy característicos. Berlín pasó de ser una de las ciudades más vibrantes y dinámicas del mundo en el primer tercio del siglo XX a una ciudad bombardeada, dividida y aislada. Tras superar las heridas del pasado, Berlín ha conseguido cerrar muchas de sus cicatrices y como capital de Alemania, se ha convertido en uno de los destinos más interesantes de Europa.
Tal legado histórico ha dejado como huella toda una serie de estructuras arquitectónicas que hay que visitar. Algunos nuevos y otros antiguos, los siguientes son una serie de emblemas arquitectónicos de Berlín que definen una ciudad que está en plena transformación.
La mención de Berlín como una de las ciudades más vibrantes y animadas del planeta se debe precisamente a Potsdamer Platz, el epicentro de Berlín a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Una suerte de Times Square berlinés, donde se instaló el primer semáforo de Europa. Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el área quedó completamente destruida y posteriormente dividida.
Convertida en un cementerio urbano, no fue hasta la caída del Muro de Berlín que la zona volvió a adquirir su potencial y en menos de una década se ejecutaron una serie de importantes proyectos que urbanizaron el área, dotándola nuevamente de vida. En estos proyectos intervinieron grandes arquitectos como Renzo Piano, Richard Rogers y Arata Isozaki, entre otros. También destaca el Sony Center de Helmut Jahn, cuya vistosa cúpula y su colorido sistema de iluminación ya se han convertido en un símbolo de Berlín.
La cúpula del Sony Center en Potsdamer Platz – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
| Puedes llegar a Potsdamer Platz en la línea U2 del U-Bahn (metro) o en la líneas S1 o S2 del S-Bahn (cercanías). Allí te recomiendo visitar el Sony Center, un atractivo complejo que alberga un cine IMAX, el Legoland Discovery Center, la Deutsche Kinemathek, que exhibe una retrospectiva del cine alemán, así como tiendas, bares y restaurantes. |
Esta estructura fue la elegida por el afamado Norman Foster para simbolizar una Alemania reunificada. La cúpula original, fue severamente dañada tras un incendio en 1933 y finalmente destruida por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Tras la reunificación alemana, se llamó a un concurso público para dotar al Reichstag de una nueva cúpula que simboliza la unión y el comienzo de una nueva era en el país.
El proyecto ganador de Foster se construyó a comienzos de los 90 y en la actualidad representa otro de los grandes símbolos de Alemania, así como la transparencia de sus sedes gubernamentales. Desde la cúpula, aparte de poder ver la cámara de debates del parlamento alemán a través de un cristal, es posible tener vistas de 360º de Berlín. Una visita imprescindible.
| La visita a la cúpula del Reichstag es gratuita pero es necesario hacer una reserva con fecha y hora, así como aportar los datos de los visitantes. Puedes hacerlo haciendo click en este enlace. Abre todos los días (excepto en algunas fiestas) de 8:00 horas a 24:00 horas. |
Bajo este nombre se conoce oficialmente a la Torre de Televisión de Berlín, sin duda, la estructura más visible de la ciudad y un punto inequívoco de referencia, marcando la ubicación geográfica de Alexanderplatz, la zona más céntrica de Berlín. Con una altura de 368 metros, la torre de televisión, construida en 1969, es el punto más alto de Berlín y hasta se puede ver fácilmente desde el avión minutos antes de aterrizar.
La Fernsehturm tiene un restaurante giratorio y un mirador a 204 metros de altura, el cual ofrece las mejores vistas de posibles de Berlín. La visita la puedes hacer libremente o bien escogiendo comer o merendar en el restaurante, el cual da una vuelta completa cada media hora.
| Existen varios tipos de entrada para visitar la Fernsehturm, con accesos desde los 15,50€ para adultos (8,50€ de 4 a 16 años). Puedes escoger una entrada con esperas o una entrada “acceso rápido”, para evitar colas. Una buena hora para subir es un poco antes del atardecer, de manera que puedas ver Berlín de día y de noche en una misma visita. Compra las entradas en su web oficial. |
Una de las consecuencias de la división entre Berlín oriental y occidental, fue un sistema de líneas de transporte poco eficiente. Tras la reunificación de la ciudad, era imperativo dotar a la ciudad de una estación que simplificara y mejorara el sistema de ferrocarriles, naciendo así el proyecto para la nueva Estación Central de Berlín.
Con una circulación diaria que casi alcanza el cuarto de millón de personas, la futurista estación sustituyó a ocho antiguas estaciones terminales, agrupando todas las líneas en un mismo sitio. La inauguración coincidió con la celebración de la Copa Mundial de Fútbol de 2006, que fue celebrada en Alemania.
La Estación Central de Berlín – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
Aparte de ser uno de los puentes más bonitos que cruzan el río Spree y de enlazar dos importantes distritos de la capital alemana, el Puente Oberbaum es célebre por ser uno de los antiguos puntos fronterizos entre oriente y occidente. Dueño de una profusión de elementos decorativos, el puente de piedra de estilo gótico fue inaugurado en 1896 y era utilizado para cruce de vehículos, trenes (metro) y peatones. Con la construcción del muro de Berlín en 1961, el tráfico fue cortado y el paso del metro clausurado, tan sólo se utilizó como punto de control para peatones entre ambas secciones de la ciudad.
A poca distancia de este puente se halla otro de los legados de la Guerra Fría. Se trata del East Side Gallery, el tramo más largo que se conserva del antiguo Muro de Berlín y que en sus más de 1.300 metros presenta una serie de pinturas, grafitis y murales que fueron pintados sobre la infame estructura una vez se acabó la división a comienzos de la década de 1990. Consta de 103 murales firmados por una gran variedad de artistas mundiales, considerándose como la galería de arte más grande del mundo al aire libre.
East Side Gallery – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
Con el Reichstag como punto de partida, se puede visitar el Barrio Gubernamental de Berlín, una serie de edificios a lo largo de la ribera del Spree en donde se encuentran la Cancillería Federal, el parque Spreebogen, la Casa de Culturas del Mundo (Haus Der Kulturen Der Welt). La moderna Cancillería, obra de los arquitectos berlineses Axel Schultes y Charlotte Frank, es sin duda el edificio más llamativo del conjunto, cuya transparencia pretende simbolizar la nitidez de las gestiones gubernamentales. Por su gigante círculo de 18 metros en una de sus fachadas, también se le conoce como la “lavadora federal”.
Si te encuentras caminando entre Potsdamer Platz y la Puerta de Brandeburgo, inevitablemente verás este curioso y futurista edificio blanco que alberga el Science Center de Berlín. Aunque desde fuera parezca un edificio privado, dentro puedes visitar gratuitamente exposiciones interactivas sobre el mundo de las prótesis y el mundo deportivo. Más allá de la exposición, el Science Center es un pequeño museo para los fanáticos de la arquitectura y de la firma Gnädinger y Art+Com, responsables del proyecto.
Science Center de Berlín – Foto: Ricardo Ramirez Gisbert, CC BY 2.0
Con un diseño que claramente representa los horrores del Holocausto a través de dramáticos ángulos y aberturas, el Museo Judío de Berlín es la mayor muestra de objetos, artículos, obras de arte y demás pertenencias de los judíos que han vivido en Alemania en los últimos dos mil años. Representando el vacío que dejaron los judíos berlineses que fueron exterminados en este trágico episodio de la historia, el museo explora la importancia de los judíos en Berlín a través de espacios como la Torre del Holocausto o el Jardín del Exilio. Es obra del afamado arquitecto polaco Daniel Libeskind y abrió sus puertas en 1999.
Tempelhof fue uno de los aeropuertos de Berlín que funcionó hasta el año 2008. Dada su cercana ubicación al centro de la ciudad, no consiguió expanderse y adaptarse a las necesidades actuales del tráfico aéreo, por lo que era el menos utilizado de los aeropuertos de Berlín. Aún así, en otras épocas fue uno de los aeropuertos con más tráfico en el mundo y ampliamente alabado por su extrema funcionalidad y comodidad. Fue testigo de muchos acontecimientos históricos de importancia, sirviendo por ejemplo como el sitio donde aterrizaron los aviones del Puente Aéreo durante el infame Bloqueo de Berlín.
Como pieza arquitectónica es un verdadero prodigio. Con unas proporciones armónicas que solamente pueden apreciarse desde el aire, el edificio de la terminal de Tempelhof es a la vez una construcción abominablemente larga. Hasta la construcción del Pentágono, fue el edificio más grande del mundo. En la actualidad, el espacio donde estaban las pistas se ha convertido en un enorme parque público que se puede visitar libremente. También se organizan tours para visitar el edificio de la terminal.
